sábado, 6 de marzo de 2010

Viaje astral en busca de la esencia satánica

Estaba en mi cuerpo recorriendo cada centímetro de él con mi alma y de pronto, alguien me mordió el rostro, volví rápido de mis pies a mis ojos para ver quién había sido y fue ella: la virgen.
Me dijo que se había había comido ácido derrite caras y cuando intenté hablar, ya no tenía mandíbula.
La virgen me tomó con sus pies de la cabeza y me llevó a visitar el mundo, según ella, me explicaría los motivos por los cuales hubo un terremoto en distintos lugares del mundo.
Entramos al infierno y estaba satanás, sacándose las uñas de los pies con los dientes y remojando la cola en lava para afinarla. Al instante entró un súbdito con el cráneo descubierto pidiéndole para realizar un experimento, el hombre del cráneo descubierto era el satánico Carl Sagan.
Propuso a Satanás lo siguiente: Los Irakies nos están ofreciendo bombas atómicas a buen precio, si las compranos, las hacemos explotar desde las puertas del infierno y nos escondemos en la pieza antisismos para destruir a los herejes del mundo.
Satanás accedió dándole un beso en el cráneo y siguió adelante.
La virgen me tomó del cuello y me arrastró como piedra saltando sobre el agua, pero sobre la lava; hasta una isla cercana a Haití, me mostró que estaba el ejército de USA preparando una sopa explosiva que iba a generar un terremoto, ya tenían las 900 bombas atómicas necesarias para generarlo y las hicieron estallar.
La virgen me sacó volando del lugar entre las explosiones, me trajo a casa y me preguntó:
¿entendiste lo que está pasando?.
A lo que respondí: Sí, satanás se está garchando a Carl Sagan.
La virgen me encerró en un colisionador de hadrones y me bañó en harina mientras el lavarropas giraba, hasta que me convertí en puré de carne y me dejó en casa en el plato del perro.

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